Canadá "nunca estará en venta", le dice el primer ministro Mark Carney a Donald Trump

En su primer encuentro cara a cara, la tensión era palpable entre ambos líderes a pesar de las sonrisas en sus rostros.
Mark Carney fue elegido hace una semana con la promesa de enfrentarse al presidente estadounidense, cuyas amenazas provocan ansiedad entre los canadienses. Pero también debe evitar antagonizar al presidente estadounidense si quiere extraerle un compromiso comercial.
Donald Trump, sin embargo, reiteró que no revertirá sus decisiones sobre los aranceles aduaneros, creyendo que nada podría obligarlo, incluso después de conversaciones con el primer ministro canadiense, a revertirlas. "Así es", dijo.
El presidente estadounidense ya ha impuesto aranceles al acero y al aluminio canadienses, entre otros productos, y amenaza a su vecino del norte con aranceles aduaneros generalizados del 25%.
"Canadá es un país que tendrá que poder valerse por sí mismo económicamente", dijo Donald Trump. "No hay razón para que subvencionemos a Canadá".
"Humo blanco"A la llegada del jefe de gobierno canadiense, los dos hombres se estrecharon la mano e intercambiaron algunas palabras, luego Donald Trump levantó el puño hacia los fotógrafos, seguido por Mark Carney.
No debemos esperar "humo blanco" al final de la reunión, advirtió el viernes Mark Carney, utilizando una metáfora de actualidad en estos tiempos de cónclave.
Según él, la antigua relación entre los dos países basada en una "creciente integración" ha "terminado" y la pregunta es cómo "cooperarán los dos países en el futuro".
La semana pasada, Donald Trump calificó al nuevo primer ministro canadiense de "hombre muy agradable", un tono incomparablemente más amable que el reservado para el ex primer ministro Justin Trudeau, por quien el multimillonario republicano siente una feroz antipatía.
Mark Carney, que salió victorioso de las recientes elecciones generales, mientras su partido, el Partido Liberal de centroizquierda, se enfrentaba a una estrepitosa derrota hace apenas unos meses, resumió el viernes su delicada posición negociadora.
"Mi gobierno luchará por conseguir el mejor acuerdo comercial. Tomará el tiempo que sea necesario, pero no más", afirmó el ex banquero central, experto en gestión de crisis. Por ejemplo, estuvo al mando del Banco de Inglaterra durante la tormenta del Brexit.
Mark Carney, un tecnócrata sin experiencia en campañas, debe su elección en gran parte a Donald Trump.
Desde que regresó al poder, este último ha lanzado ataques comerciales y políticos particularmente violentos contra Canadá, repitiendo que el gigantesco país estaba destinado a convertirse en el 51º estado estadounidense.
Personalidad diferente"Es un momento muy importante para (Mark Carney), ya que insistió durante la campaña en que podía competir con Trump", explicó a la AFP Geneviève Tellier, politóloga de la Universidad de Ottawa.
"Tiene que salir bien para dejar una oportunidad para el futuro", subrayó el politólogo. En Canadá, muchos temían un altercado público como el que hubo entre Donald Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en la Oficina Oval.
El nuevo primer ministro, con su temperamento mesurado y su expresión cautelosa, tiene una personalidad muy diferente a la del eruptivo presidente estadounidense, pero también a la del muy extrovertido Justin Trudeau.
En la Oficina Oval, Trump le dijo a Carney que le "encantaría" llegar a un nuevo acuerdo comercial con Ottawa, aunque insistió en que no quería automóviles ni acero de su vecino del norte.
Los dos países están actualmente unidos por un acuerdo de libre comercio (CUSMA) concluido durante el primer mandato de Donald Trump.
Pero renegociar este texto sería un proceso largo y complicado, poco compatible con la voluntad declarada del presidente norteamericano de concluir rápidamente "acuerdos" comerciales espectaculares.
Nice Matin